La ley del mínimo esfuerzo, la pereza... Últimamente es lo que puede con la
mayoría de los seres humanos. No somos conscientes del daño que estamos
haciendo a nuestra madre, la que nos ha dado la vida, a nosotros y a todos los
seres vivos que nos acompañan en la vida, nuestra madre naturaleza, nuestra
madre tierra.
Que egoístas somos con ella, nos tiende su mano, para complacernos, para que
nuestra adaptación a su entorno sea más amena y en cambio, nosotros, los
humanos, se lo agradecemos así: Talando, sacrificando, maltratando,
contaminando... a sus hijos, a nuestros hermanos.
Cada vez es más débil, cada vez sufre más y lo más "gracioso"
de todo es que nosotros somos quienes lo provocamos. Provocamos sus cambios de
humor, sus enfados, sus lágrimas... Pero ella no se rinde, tiene esperanzas,
porque sabe, que en algún momento, muy lejano, muy cercano, sus hijos abrirán
los ojos y serán su médico de por vida.
Bonita comparación. Nuestra madre Tierra nos ha dado su mano para empezar a andar y ahora le hemos dado la espalda. Es hora de volver a caminar junto a ella.
ResponderEliminar